Implicarte física y emocionalmente con cada uno de mis pacientes es una de las claves que te ayudan a entender qué necesita, qué esperan y qué quieren los deportistas que tratas.
Cuando uno padece una enfermedad, se llena de conocimiento sobre ella, la comprende y lucha hasta vencerla. Desde ese momento, tu percepción sobre la misma cambia. Ya la conoces y la has vencido, lo que termina haciéndote más fuerte.
Si comprendes cómo se siente un paciente, sus miedos, sus preocupaciones y sus inquietudes, habrás recorrido un gran camino. De esa forma podrás ayudarle mejor y podrás ofrecerle una respuesta mucho más específica. En definitiva, podrás realizar mejor tu trabajo y hacerlo de una forma más cercana.

Así luce la Consulta 8, llena de recuerdos y vivencias.
Por ese motivo siempre busco conocer a mis pacientes, a los deportistas a los que trato. Intento acercarme profundamente a su vida y compartir todo tipo de emociones. Adentrarme en sus problemas, buscando llegar a sentir lo que siente el deportista, su dolor, angustia e incertidumbre. Es para mí fundamental generar esta relación tan singular entre el médico y el deportista. Si lo percibes como yo, te hará llegar a sentir su lesión cuando se rompe, vivir su recuperación como él la sobrelleva y competir con él cuando regresa a su actividad. Este proceso, sin duda, te hace más fuerte en el conocimiento y permite identificarte en cada momento con lo que él siente.
La implicación emocional
Este conjunto de experiencias me permite desarrollar nuevos valores o emociones. En unas ocasiones, la gran mayoría de las veces, son de gran alegría cuando todo acaba bien. Sin embargo, en otras, me inundan de extrema tristeza cuando hay problemas. Vivir cada historia como yo la vivo, me acerca al deportista a un nivel muy elevado, permitiéndome visualizar todo tipo de problemas o situaciones. Eso me da la oportunidad de interpretar los conflictos con anterioridad y adelantarme a cualquier tipo de estrategia o solución.
La madurez y la experiencia, como yo llamo mi mochila, son la verdadera fuente de este conocimiento y la base para saber cómo enfrentarte con estas situaciones. Cualquier profesional cualificado puede acercarse con criterio a un diagnóstico certero, pero si no se plantea entender la vida de jugador y su comportamiento, su plan de acción quedará huérfano. De este modo, no se tendrá la profundidad que estos temas exigen y faltará la experiencia que te acerque a la correcta interpretación del cuadro (asociado al sentimiento que vive cada jugador con su lesión).
Tanto el deportista de élite como el amateur o semiprofesional estarán sometidos a tensiones particulares que harán variar de mil formas el resultado definitivo de la recuperación. La toma de decisiones, compartidas entre el equipo médico y el atleta, en todo momento serán de especial importancia para la conclusión de cada proceso.
- Junto a jugadores del Getafe B
- Con Juan Carlos Moreno del Rayo Majadahonda
- Con la Saga Richi De Souza y el Dr. Ramon Carosini
- Con Pedro Luis Moreno del U.D Melilla
- Con Nono de la AD Alcorcón
- Con Pedro Reyes del Guadalajara Balonmano
- Con los Doctores José María Villalón y Luis Fernández Rozas
- Jóvenes talentos de la Academia del Atlético de Madrid
Es por eso que creo que la figura del experto es totalmente cierta. Ésta identifica al profesional que entiende y participa en su día a día, siguiendo este tipo de casos. Como he comentado antes, los deportistas necesitan un complemento. Una ayuda que no sea académica y que defina la verdadera y total identidad de cada caso. Debemos sumar todos los factores que giran alrededor de la lesión. Por supuesto que pienso que no existen las casualidades y que será el trabajo diario en este ambiente el que haga que crezcas, que mejores tu comprensión y que completes tu conocimiento.
Como una reflexión final, puedo afirmar que con un primer contacto y una breve charla, yo debería saber si algo es grave o leve. Mi mejor valor es mi mochila, que siempre me acompaña. Así mi hija me dice: “si solo me has mirado y a veces ni tocado ¿por qué sabes lo que tengo?”. Y yo le contesto: “porque llevo en esto más años que la tos, hija mía. Es cuestión oficio y sentido común”.
Os espero, como siempre, en la consulta 8.
Antonio Jesús Jiménez Servan
8 March, 2019 — 4:02 pm
Preciosa reflexión , eres el mejor médico que un deportista, bailarín, músico etc pueda soñar. Siempre estaré en deuda contigo por tu trato y tu profesionalidad. Gracias por todo y sobretodo por ser un amigo.
Ricardo de Souza
24 March, 2019 — 5:56 pm
Estoy enormemente agradecido a la amistad que tenemos creada de una gran sintonia, confianza y tratamiento recibido a lo largo de mi trabajo como jugador de futsal y más.
Fuerte abrazo