Dentro de los distintos procesos de la medicina deportiva encontramos disfunciones y lesiones. Aunque puedan parecer lo mismo, no lo son. Veamos entonces qué expresan estos términos: disfunción y lesión.

Disfunción y lesión deberían ser fáciles de identificar, pero para conseguirlo, será necesario aplicar una correcta metodología.

La disfunción es el conjunto de síntomas que el paciente padece y que podrían reflejar una lesión. Se trata de un proceso doloroso, asociado a una dificultad para realizar alguna actividad específica. Este diagnóstico se acompaña siempre de una exploración física dolorosa, para poner de manifiesto las maniobras afectadas. Esto presume la existencia de una lesión. Buscamos algo que justifique el dolor y la pérdida de capacidad que muestra el paciente. No se evidencian daños aparentes ni deformidades, la radiología es normal y las pruebas de imagen específicas, TAC y Resonancia, son normales. Ante nosotros tendremos un cuadro, en el que el dolor es la causa fundamental de la dificultad, sin evidenciar lesión alguna. Podríamos concluir que evaluamos a un paciente dolorido e incapacitado, con pruebas que no muestran una lesión orgánica o daño físico. Este sería el modelo de la disfunción o mal función.

Dolor sin inflamación

Por el contrario, lo común es evaluar a un paciente, que tras un traumatismo sufre una lesión, con algún tipo de daño que podamos identificar por la exploración y las pruebas complementarias. En estos procesos siempre habría una causa y síntomas asociados a las pruebas positivas. La lesión casi siempre asociada a un traumatismo, que se traducirá en un cuadro clínico concreto. Ésta se presentará con alguna deformidad, dolor e inflamación, relacionados con la exploración de la zona y con el daño. Todas las pruebas específicas serán positivas, con lo que certificarán la lesión y su alcance. La radiología evidenciará una lesión ósea, el tac una posible fractura y la resonancia de la zona, mostrará las imágenes que definan la lesión previsible. La historia es necesaria para comprender y seguir cada proceso desde su inicio… Traumatismo, dolor, incapacidad, pruebas, diagnóstico definitivo, tratamiento adecuado y curación. Estos, serán todos los pasos ordenados y a seguir, cuando la lesión orgánica o establecida puede ser demostrada.

Disfunción y lesión deberían ser fáciles de identificar, pero para conseguirlo, será necesario aplicar una correcta metodología en todos los pasos anteriormente comentados.

Cuando tengamos un cuadro específico, con importante incapacidad y pruebas complementarias, pensaremos en la mal función o disfunción. Digamos, como ejemplo, que lo veremos tras la evaluación de un caso de dolor articular, con pruebas normales, que no deja entrenar ni competir.

Radiografía normal

Resonancia normal

No es fácil tratar una lesión sin daño aparente… sin lesión. Son casos frecuentes en el ambiente deportivo, y yo propongo la siguiente pauta de actuación:

  1. Informar con detalle al paciente de que las pruebas realizadas son normales.
  2. El plan de tratamiento a seguir será igual de riguroso.
  3. Seguir las pautas de tratamiento farmacológico habituales, incluyendo fármacos específicos.
  4. Si es necesario, inmovilizar el área en la fase aguda.
  5. Aplicar los tratamientos fisioterápicos indicados, apartando al paciente de la causa de la disfunción que genera los síntomas.

La respuesta esperada es la disminución del dolor y de los demás síntomas, conociendo que el tiempo empleado en tratar estos procesos suele ser más largo. El paciente debe entender que sufre un problema físico que le apartó de su deporte.

Las pautas y tiempos de tratamiento deberán seguirse con absoluto rigor, hasta la desaparición de toda la sintomatología y la vuelta a los entrenamientos. Puede entenderse la dificultad en el manejo y seguimiento de estos casos, aumentando ésta cuando los resultados tardan en aparecer. Desde mi punto de vista, el pronóstico de curación es más favorable en una disfunción, que cuando tratamos una lesión con daño orgánico.

Es importante escuchar siempre al paciente y buscar todas las alternativas para ajustar y comprender la lesión.

Dr. José María Abad Morenilla.