Dentro de las lesiones deportivas, la meniscal es sin duda la más frecuente y la más común en el fútbol.

Si conocemos la forma, posición y función de los meniscos en la rodilla comprenderemos por qué se dañan y podremos así evitar ciertas lesiones. Anatómicamente, el menisco interno, tiene forma de C. Es más bien estrecho y pequeño, fijado fuertemente a la cápsula articular lo que le concede muy poca movilidad. El externo tiene forma de O, de ahí su nombre: menisco discoideo. Es un poco más grande y tiene más movilidad dentro de la articulación.

Sus funciones específicas son:

  • Recibir presión y distribuir cargas que comparten con los elementos articulares del fémur y la tibia
  • Dotar de un elemento de estabilidad a la rodilla
  • Aumentar las áreas de contacto para conseguir una perfecta armonía en el desarrollo de su movilidad
  • La última, y consecuencia de las anteriores, sería el efecto de protección al cartílago, por el efecto de amortiguación de cargas y distribución del líquido sinovial

Estas propiedades nos indican la prioridad de preservar en lo posible la máxima cantidad de menisco sano y estable tras una posible reparación.

Podemos lesionarnos por un gesto violento (lesión aguda) o el menisco puede erosionarse con el paso del tiempo (lesión crónica).

Diagnóstico del proceso clínico y sintomatología

Deberemos realizar una buena historia de lo sucedido. Describiendo con detalle cómo se ha iniciado el proceso y a continuación pasar a inspeccionar la zona en cuestión.

Exploración dolor en interlínea interna

 

Exploración dolor en interlínea externa

 

Es muy importante trasmitir al doctor todos los síntomas desde el principio de los dolores. Estos serán fundamentalmente tres:

  1. Dolor en el área donde asienta la lesión, interna o externa.
  2. Dificultad en conseguir que se realice el movimiento articular con más o menos pérdida de grados por el dolor, llegando incluso al bloqueo de la articulación, asociando ruidos o chasquidos con el mismo también ocasionalmente
  3. Un tercero será el derrame articular con la sensación de tener la articulación ocupada por líquido. Esto complica la movilidad aún más. La irritación de la cápsula interna genera la secreción de líquido sinovial en exceso, provocando una sensación de tensión articular. En procesos que llevan tiempo, se acompañará de pérdida de fuerza y tono muscular con atrofia del cuádriceps.

Existen pruebas complementarias que ayudan a cerrar el diagnóstico definitivo y certificar la lesión, siendo fundamental la realización de una resonancia para cerrarlo. La punción articular y con ella la evaluación del líquido, con su análisis del color hemático o amarillento, nos permitirá sospechar lesiones asociadas. No debemos olvidar la realización de un estudio radiológico de la articulación que nos dará una clara idea de la morfología ósea y la situación actual de la que partimos.

Tratamiento

Siempre que podamos optaremos por un tratamiento conservador para así preservar la vida del menisco y con ello sus funciones. Daremos medicación antiinflamatoria y analgésica asociada a unas sesiones de fisioterapia. Podremos asociar algún tipo de tratamiento intraarticular. El objetivo prioritario será el de anular la sintomatología, fundamentalmente dolorosa, recuperar la función y permitir con ello la vuelta a la actividad física del deportista.

En el deporte, el tratamiento será con mayor frecuencia quirúrgico, intentando acortar los tiempos de recuperación e inactividad del paciente, manteniendo la pauta de conservar el menisco en lo posible.

lesión meniscal

Campo visual de la cirugía artroscópica

La artroscopia articular es la técnica quirúrgica que nos permite hacer una evaluación de la articulación y del daño meniscal. Para llevarla a cabo es necesaria una lente de visión que introduciremos en la articulación con una cámara de vídeo que nos ayudará a realizar el trabajo.

lesión meniscal

Menisco interno sano

Son dos las técnicas que se pueden aplicar con este medio:

  1. La reparación pretende anclar el menisco en su sitio natural del que se ha separado. Exige una sutura del mismo a su área de anclaje natural buscando su reparación y función natural, que siempre se debe intentar, aunque puede fracasar con relativa frecuencia.
  2. La resección parcial o total del menisco dañado es la técnica más habitual y se busca preservar la máxima cantidad del mismo para mantener su función.

Lesión de rodilla

Fragmento meniscal extraído de la articulación

A continuación seguiremos con tratamiento médico y sesiones de fisioterapia. Para ir volviendo a la actividad deportiva de forma gradual. Si después de la recuperación (suele durar 2 meses aproximadamente) seguimos teniendo síntomas, deberemos plantear nuevas opciones terapéuticas. El resultado por lo general es muy bueno a muy corto plazo y con un alto porcentaje de curaciones.

Un abrazo para todos. Nos vemos pronto en la Consulta 8.